domingo, 1 de diciembre de 2013

LA NIÑA BUENA Y LA NIÑA MALA

               LA NIÑA BUENA Y LA NIÑA MALA

Una viuda tenía  dos hijas. La mayor era mala y orgullosa y la menor tan buena y dulce, que todo el mundo  la quería. 

La menor fue un día a buscar agua, y al llegar  a la fuente  se quedó dormida.
-      De repente se le apareció una pobre anciana, que le rogó  le diese de beber.
-  Con mucho gusto - respondió la niña - y presentó  a la viejecita  el cántaro de agua, sosteniéndolo con una mano para que bebiese con comodidad.
-      Cuando la viejecita acabó  de beber, le dijo a la muchacha:
-   Eres tan linda y buena, que mereces un regalo. En adelante por cada palabra que digas saldrá de tu boca una perla o una flor.



Volvió la niña a su casa, y la madre le reprendió  por haber estado ausente varias horas.
-      Perdóname, mamá -  replicó  la niña – y al decir esto, salieron de su boca  una rosa y una perla.  ¡Qué veo! – gritó la madre – mi hija está echando flores y perlas por la boca. La niña  contó entonces a la madre lo ocurrido, y al hacerlo, salieron de su boca perlas y flores lindisimas.
-      ¡Alabado  sea Dios! – exclamó la madre – y dirigiéndose a la niña mala, le gritó:
-      Anda, muchacha, ve a la fuente  a buscar un cántaro de agua, y si alguien  te pide de beber, dale agua, y muestra que eres buena  y cariñosa.
-      ¿Yo a la fuente? -   dijo la malvada niña -  en eso estoy  pensando.
-      Sí, en seguida y corriendo – respondió la madre.


-      La niña fue de mal humor a buscar agua. Apenas llegó junto al manantial, se le presentó una señora elegantísima.
-      Querida niña -  dijo la señora -, dame un poco de agua, porque tengo sed.
-      ¿Se figura usted que he venido aquí  para dar agua? Beba en cuatro pies, si no tiene vaso donde hacerlo.
-      Puesto que eres tan malvado – dijo -, cada vez que hables saldrán de tu boca sapos y culebras.
-      Volvió a su casa  la perversa  niña, y la madre le preguntó:
-      ¿Qué te ha sucedido, hija mía?
-      Nada, mamá – respondió la joven.
-      Y al decir esto, un sapo y una culebra salieron de su boca.
-      ¡Dios mío! ¡Dios mío! – gritó la viuda – y, a pesar de lo mucho que quería  a su hija, huyó  de ella con espanto.

 Desde entonces, todo el mundo quiere  a la niña buena, que al hablar deja caer  perlas y flores, y huyen  de la niña mala, que espanta a todos con sus sabandijas.

Los niños buenos  echan siempre flores y perlas por la boca. No hagas  como los malos, que al hablar arrojan sapos y culebras.

6 comentarios:

  1. Exelente cuento, mi mama me lo contaba de niña y yo se lo conte a mis hijos y ahora a mi nieta, su enseñanza no pierde vigencia

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  2. Muy lindo cuento y yo lo leía cuando era muy pequeña y se me quedó la hisruria

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  3. aaaaaaaaaaaaaaa ayudame dios mio a poder controlar mi lengua xd

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  4. En mi libro 2do de lectura de Alfredo Marin y Aguayo estaba ese cuento yo era la. Mayor de mis 2 hermanas y se los leia

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