LA NIÑA BUENA Y LA NIÑA MALA
La menor fue un día a buscar agua, y al llegar a la fuente se quedó dormida.
- De repente se le apareció una pobre
anciana, que le rogó le diese de beber.
- Con mucho gusto - respondió la niña - y
presentó a la viejecita el cántaro de agua, sosteniéndolo con una
mano para que bebiese con comodidad.
- Cuando la viejecita acabó de beber, le dijo a la muchacha:
- Eres tan linda y buena, que mereces un
regalo. En adelante por cada palabra
que digas saldrá de tu boca una perla o una flor.
Volvió
la niña a su casa, y la madre le reprendió por haber estado ausente varias horas.
- Perdóname, mamá - replicó
la niña – y al decir esto, salieron de su boca una rosa y una perla. ¡Qué veo! – gritó la madre – mi hija está
echando flores y perlas por la boca. La niña
contó entonces a la madre lo ocurrido, y al hacerlo, salieron de su boca
perlas y flores lindisimas.
- ¡Alabado sea Dios! – exclamó la madre – y dirigiéndose
a la niña mala, le gritó:
- Anda, muchacha, ve a la fuente a buscar un cántaro de agua, y si
alguien te pide de beber, dale agua, y
muestra que eres buena y cariñosa.
- ¿Yo a la fuente? - dijo la malvada niña - en eso estoy
pensando.
- Sí, en seguida y corriendo – respondió la
madre.
- La niña fue de mal humor a buscar agua.
Apenas llegó junto al manantial, se le presentó una señora elegantísima.
- Querida niña - dijo la señora -, dame un poco de agua,
porque tengo sed.
- ¿Se figura usted que he venido aquí para dar agua? Beba en cuatro pies, si no
tiene vaso donde hacerlo.
- Puesto que eres tan malvado – dijo -, cada
vez que hables saldrán de tu boca sapos y culebras.
- Volvió a su casa la perversa niña, y la madre le preguntó:
- ¿Qué te ha sucedido, hija mía?
- Nada, mamá – respondió la joven.
- Y al decir esto, un sapo y una culebra
salieron de su boca.
- ¡Dios mío! ¡Dios mío! – gritó la viuda – y,
a pesar de lo mucho que quería a su
hija, huyó de ella con espanto.
Desde entonces, todo el mundo quiere a la niña buena, que al hablar deja caer perlas y flores, y huyen de la niña mala, que espanta a todos con sus
sabandijas.
Los
niños buenos echan siempre flores y
perlas por la boca. No hagas como los
malos, que al hablar arrojan sapos y culebras.
Exelente cuento, mi mama me lo contaba de niña y yo se lo conte a mis hijos y ahora a mi nieta, su enseñanza no pierde vigencia
ResponderBorrarMe encanto
ResponderBorrarEstupendo
ResponderBorrarMuy lindo cuento y yo lo leía cuando era muy pequeña y se me quedó la hisruria
ResponderBorraraaaaaaaaaaaaaaa ayudame dios mio a poder controlar mi lengua xd
ResponderBorrarEn mi libro 2do de lectura de Alfredo Marin y Aguayo estaba ese cuento yo era la. Mayor de mis 2 hermanas y se los leia
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